martes, 19 de octubre de 2010

Amigos

El tiempo se para, el aire
no corre. Mosquitos volando y grillos cantando y
tú a mi lado muriendo de sueño.
Cansado, contento, me pides un cuento y yo te lo
cuento, más bien me lo invento. Te explico
que un niño cruzó el universo
montado en un burro con alas de plata buscando una
estrella llamada Renata que bailaba salsa con un
asteroide llamado Julián Rodríguez
de Malta. Malvado, engreído, traidor y
forajido. Conocido bandido en la vía
láctea por vender estrellas independientes
a multinacionales semiespaciales. Y te duermes…

Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios.


(Facto de la Fé )


Este es el cuento que cualquiera de vosotros me podría haber contado, 
para distraerme, para relajarme, 
por hacer algo, por hablar....por amistad.


Algunos, no estais tan cerca como antes y os echo de menos.


A cada uno de mis mejores amigos. Gracias.


Por hacerme feliz y dejarme descubrir la vida sola estando a mi lado, 
Por compartir casa como si fuésemos una familia.
Por compartir vuestro tiempo en mi isla.
Por dejarme un sitio donde dormir en ella.
Por regalarme la mejor música y enseñarme a valorarla .
Por ayudarme a entender algo mejor mi empresa.
Por regalarme una fotografía. 
Por hacerme el examen de matemáticas en el Instituto.
Por ser mi mejor amiga de la infancia y de mayor por compartir
 desde la distancia tus trucos como madre y
 por dejarme los vaqueros donde también entraba ella
 cuando estaba en la barriga.
El que nunca pasa nada aunque el terremoto le toque y llama para
 preguntar como estoy.
Por pensar en mi para un viaje precioso en barco donde yo era 
la única no alemana.
Por confiar en mi para ser tú socia, tú amiga y la madrina de mi hija.
A ti, que te gustan los tobillos finos y viniste a casa para invitarme a desayunar 
cuando estaba gorda como un globo y por ser el padrino de mi hija.
A ti por venir a casa cuando estaba enferma y cuidarme.
Tu que me has dado trabajo varias veces. 
A vosotros, los nuevos sevillanos, por estar ahí cuando no me conocíais 
y dar siempre tanto cariño.
A ti, que saliamos de cuentas el mismo día, pero te adelantaste y lo primero 
que me dijiste fue que era muy fácil.
Tu y yo juntas somos Carls-Berg
A vosotros, que en Milan abristeis las puertas sin preguntar.